En las últimas décadas se abrió una posibilidad de que los homosexuales viviéramos como seres normales, enfrentando finalmente nuestros sentimientos, nuestros valores y nuestras debilidades. Pero veníamos tan dañados por tanto prejuicio acumulado, por tanta negación de nosotros mismos, que este proceso de inserción en la sociedad heterosexual ha sido un proceso muy difícil. Agreguemos a eso el terrible flagelo del Sida que nos diezmó en la década del 80 y generó un nuevo estigma en contra de la comunidad gay a lo largo del mundo.
He sido toda mi vida gay. Desde adolescente tuve la película muy clara. Siempre me gustaron los hombres, me he enamorado de hombres toda mi vida. Por ello me cuesta hacer una diferencia entre lo que era mi vida en épocas más oscuras, cuando en Chile no se podía casi hablar de nuestra homosexualidad, hasta el día de hoy en que, aparentemente, todo el mundo puede salir del closet con cierta facilidad.
Por ello, no mido mis triunfos en función de mi homosexualidad. Eso estuvo ligado a toda mi actividad como ser humano. He amado, he escrito, he vivido toda mi vida en esas condiciones, por lo que, en definitivas, mis triunfos y fracasos se miden como otro ser humano más.
La comunidad gay en Santiago de Chile, es un poco como en todas partes en el Hemisferio Occidental. Se vive en guettos marcados por diferencias sociales, culturales, de edad. En los años 70 cuando yo era un muchacho, logré tener muchos amigos. Esas relaciones se fueron desgastando con el paso de la vida y ahora los miro con cierto rechazo. En esta última década surge con fuerza una generación mucho más preocupada de sus derechos, con fuerte intromisión en la vida pública, capacidad de visibilidad y atentos a sus derechos. Yo espero y ansío que estas generaciones jóvenes rompan finalmente todas las barreras y se hagan cargo de sus vidas, aprendan a convivir en parejas y a crear sus propias familias. Quizás solo en ese momento la estigmatización y la homofobia que existe fuertemente en Chile pueda comenzar a acabarse.
Mi salida del closet no tuvo nada de espectacular. Insisto. Fui gay toda mi vida. Tal vez lo interesante sea que fui capaz de tomar las riendas de mi vida desde muy jovencito. A los 22 años me enfrenté con una madre muy posesiva y dominante y dejé mi casa. Nunca más volví a vivir dentro de una familia heterosexual. He vivido solo, he vivido con pareja – una larga relación de más de 20 años – que desgraciadamente se terminó. Un consejo para los muchachos de hoy: salir de sus hogares, hacer sus propias vidas, no desaprovechar ni un solo minuto porque la vida se pasa rápido y después no sirven de nada los arrepentimientos.”
In English:
” Being gay is a legitimate lifestyle, questioned for more than a century by heterosexual society ,which he did in the past that gays live in a kind of parallel reality . A reality linked to the criminalization, disease and immorality.
In recent decades a possibility that homosexuals live as normal human beings, eventually facing our feelings, our values and our weaknesses opened. But we were so damaged by both cumulative prejudice by ourselves so much denial that this process of insertion in heterosexual society has been a very difficult process. Compound this with the terrible scourge of AIDS that decimated us in the 80s and created a new stigma against the gay community throughout the world.
I have been gay all my life. Since I was very young I have clear the movie. I always liked men, I am in love with men all my life. So I find it hard to differentiate between what was my life in darker times, when in Chile there could almost speak of our homosexuality, until today that apparently everyone can come out fairly easily.
Therefore, I do not measure my success in terms of my homosexuality. That was linked to all my activity as a human being. I’ve loved, I have written, I have lived all my life in these conditions, so that in final , my triumphs and failures are measured more like another human being.
The gay community in Santiago de Chile, is a bit like everywhere else in the Western Hemisphere. We live in ghettos marked by social, cultural, age differences. In the 70s when I was a young, I managed to have many friends. These relations were wearing over life and now look with some reluctance. In the last decade a much powerful emergence of rights more concerned with strong interference in public life, visibility and capacity aware of their rights generation. I hope and look forward to these younger generations eventually break all the barriers and take charge of their lives, learn to live in pairs and create their own families. Perhaps only then stigma and homophobia that exists heavily in Chile can begin to end.
My out of the closet had nothing spectacular. I insist. I went gay all my life. Perhaps the interesting thing is that I was able to take control of my life since very young. At 22, I was faced with a very possessive and domineering mother and left home. I never again live in a heterosexual family. I lived alone, I have lived with a partner – a long relation of more than 20 years – which unfortunately ended. A tip for the boys today: leave their homes, making their own lives, not wasting a single minute because life passes quickly and then they are of no regrets.”